…Mi papá fue pastor y, claro que lo quería muchísimo porque era mi papá, pero lo tenía en muy alta estima por la manera en la que él estudiaba, buscaba a Dios, predicaba y enseñaba. Él era un gran hombre de Dios y yo lo escuchaba y disfrutaba cuando él hablaba.
Recuerdo haberle preguntado en cierto momento, “¿Cómo sabes que estás en la voluntad de Dios? ¿Cómo se sabe eso?” ¿Alguna vez has batallado con eso? piensas, “¿Estoy en el lugar correcto? ¿Estaré haciéndolo bien? ¿Estaré haciendo lo suficiente?” Nunca olvidaré su respuesta. Fue tan sencilla. Él dijo, “Sigue tu paz.” Quiero animarlo hoy a que, sin importar qué tenga delante, siga su paz.
-Jane Hansen Hoyt