Estamos viviendo tiempos de dolor y soy muy consciente de ello.
Algunos han perdido a seres queridos por la pandemia; otros han perdido su empleo o su empresa; no podemos salir de viaje fuera de nuestra comunidad autónoma; en casa solo podemos estar 6 personas; tenemos un toque de queda estricto; usamos mascarillas.
Pero todo esto no es una situación que solo afecte a un día del año, esto lo estamos sufriendo cada día desde marzo.
Entonces ¿por qué la Navidad parece tan triste? ¿No será porque para la gran mayoría, cristianos incluidos, Navidad significa fiesta, jolgorio, comida, regalos, gente, desvelo, alcohol, risas, música y ruido?
Me gustaría invitarte a reflexionar.
Navidad tiene que ver con cuatro preguntas:
¿Quién vino?
¿Cómo vino?
¿A quién vino?
¿Para qué vino?
El mismo Dios que vino y pisó la tierra en un establo de Belén, vino a salvarnos de nuestro pecado y a darnos vida abundante.
El no ha cambiado, sigue y seguirá siendo el mismo. Sigue amándonos igual, ofreciendo lo mismo y esperando que nos volvamos en amistad con él como siempre.
Por lo tanto te tengo buenas noticias:
La Navidad sigue intacta. No ha cambiado, podemos seguir celebrándola con gozo, con fe, con la seguridad de que tenemos:
Un pasado completamente perdonado.
Un futuro totalmente asegurado.
Un presente completamente ubicado.
Ningún gobierno tiene que salvar la Navidad, la Navidad tiene que salvarnos a todos.
Ana Domínguez.
Tesorera de
AGLOW ESPAÑA
21/12/2020