Espera lo imposible

Por Jane Hansen Hoyt

espere-lo-imposible“Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Juan.” Luces centelleantes que resplandecen, decoraciones festivas que alegran y emocionan, y los gloriosos sonidos de “Alegría al mundo” llenan el aire al volver nuestra atención al nacimiento de Jesús. Toda la temporada nos hace sonreír, nos da una sensación de alegría y expectativa cuando nos reunimos para pasar tiempo con amigos y familia. Es momento de compartir amor y de dar regalos.

UN REGALO INESPERADO

Permíteme que te cuente de unas personas que recibieron un regalo inesperado luego de años de desilusión, de esperar y, tal vez, de darse por vencidos.

Me refiero a la historia que se lleva a cabo en Lucas 1. Es la historia de Zacarías y Elisabet.
Zacarías y Elisabet eran personas piadosas. Ambos cumplían los mandamientos y ordenanzas del Señor… ¡intachables! Aun así, ¡no tenían hijos! Elisabet era estéril y ahora ambos eran ya muy mayores.
Esta parece ser una historia con punto final al final de la oración. ¿Cómo podía la vida cambiar la evidencia tan obvia que tenían delante? Ya habían pasado la edad en la que podían procrear.
En aquellos días, la cultura judía consideraba que los hijos eran señal del favor de Dios. Por ello, no tenerlos era considerado una señal de Su desagrado y como una situación humillante. Era el sueño de toda mujer el dar a luz hijos, particularmente un varón.

Pero ambos eran justos y caminaban en los mandamientos del Señor y de manera intachable, el pecado no parecía ser el problema. Sus corazones estaban abiertos y eran rectos delante del Señor. Sin embargo, su oración por hijos no hallaba respuesta y parecía que era ignorada. No tenían hijos.

Habían orado, creído, habían tenido esperanza y esperado, pero nada… y ahora, estaba el factor en contra de la edad avanzada.

Llega un punto en la vida en la que uno piensa de uno mismo, ‘Supongo que he estado esperando por esto que nunca sucederá’, y duele el corazón. Es algo de lo que uno ha hablado con el Señor. Sin embargo, la respuesta a las oraciones parece estar postergada… atrasada por tantos años que uno, en silencio, se da por vencido internamente.

UNA RESPUESTA INESPERADA

Mientras Zacarías estaba sirviendo en el templo, vio algo por el rabillo del ojo. Era un ángel parado delante de él, a la derecha del altar. Zacarías se asustó y temor cayó sobre él.

El ángel comenzó a hablar y le dio un anuncio que debe haberle parecido patético a este viejo. “Zacarías, no tengas miedo, porque tu oración ha sido escuchada.”(RVC). Yo hubiera pensado, ‘¿A cuál oración te refieres? ¿De qué hablas, exactamente? He orado muchas oraciones durante mi larga vida. Soy viejo ya. ¿Te refieres a una oración específica que tiene algún “peso e importancia”?’

El ángel prosiguió. “Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento, pues ante Dios será un hombre muy importante. No beberá vino ni licor, y tendrá la plenitud del Espíritu Santo desde antes de nacer. Él hará que muchos de los hijos de Israel se vuelvan al Señor su Dios, y lo precederá con el espíritu y el poder de Elías, para hacer que los padres se reconcilien con sus hijos, y para llevar a los desobedientes a obtener la sabiduría de los justos. Así preparará bien al pueblo para recibir al Señor.”

SU ORACIÓN HA SIDO ESCUCHADA

Aunque la historia tiene más contenido, me detendré acá para darte una palabra de ánimo. Tu oración ha sido escuchada. Tal vez usted es uno que ha pensado, ‘Supongo que eso por lo que he orado nunca sucederá. Ese lugar de esperanza, sueños y expectativa que quería ver cumplido, no sucederá’.

¡NADA, NADA, NADA… ES IMPOSIBLE PARA DIOS!

Tan cierto como que Dios entró a la vida de Zacarías y Elisabet de manera inesperada, así de cierto es que puede entrar en tu vida, también. Él puede manifestar –de esa aparente esterilidad— abundancia de la nada. “Tu marido es tu Creador, y su nombre es el Señor de los ejércitos.” Isaías 54. Él no es un esposo impotente, sino un dador de vida y esperanza. Él es la fuente misma de la vida para cada uno de nosotros.

EL AÑO 2017

Al acercarnos al 2017, y al continuar todos sirviendo al Señor, necesitamos estar expectantes de milagros increíbles. Él quiere invadir nuestra vida, nuestro mundo. Quiere hacer lo inesperado. Quiere revelarse en majestad. Quiere sanar cáncer, artritis, diabetes y otros tipos de enfermedades. Él hará lo imposible ante los ojos del mundo.

Él quiere abrir nuestra mente y nuestro espíritu para que recibamos una mayor revelación de parte de Él, para que sepamos cómo vivir y cómo glorificarlo en esta hora.

¡El Espíritu Santo viene con un nuevo derramamiento del Cielo que llenará todo de vida!

Él está cambiando el agua en vino y ha guardado lo mejor para el final.

Quiere cubrirnos con Su presencia de una nueva manera.

PREPARA AL PUEBLO PARA RECIBIR AL SEÑOR

Juan el Bautista, ese al que Zacarías y Elisabet dieron a luz, vino para “preparar el pueblo para recibir al Señor”.

Aglow, hemos recibido ese mismo propósito: el preparar al pueblo para recibir al Señor. Qué llamado tan santo. Qué oportunidad de estar alerta y listos para cada instrucción del Espíritu Santo a hablar, a orar, y a relacionarnos con otros que necesitan a Jesús.

Sin las oraciones y la fe de Zacarías y Elisabeth, el mundo no habría tenido a un Juan el Bautista ¡Imagínalo!

¿Qué estará esperando el mundo por medio de tus oraciones?


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