DULCES AGUAS DE LA VERDAD

LIDERAZGO PROVIDENCIAL

por Jane Hansen Hoyt

Imagen ProvidencialPeggy Noonan, del Wall Street Journal, compartió una información muy interesante que realmente captó mi atención. Piensa en que, “En el pasado, cuando el mundo estaba en crisis, había un ‘grupo de genios’ –hombres y mujeres del momento– que se reunían y podían lidiar con las situaciones que surgían para liderar al mundo a través de ese tiempo de estrés.

Cuando se formó EE.UU. inicialmente, hubo hombres como Washington, Franklin, Madison, Hamilton, Monroe y otros.

En el tiempo de la II Guerra Mundial, estuvo Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill, y Charles De Gaulle, el Presidente de Francia.

En 1980 vimos a Juan Pablo II, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Lech Walesa y Vaclav Havel liderar al mundo a través de la crisis.”

Fueron figuras históricas requeridas para esas circunstancias históricas.

Hoy vivimos en tiempos así.

Se siente que todo ha cambiado drásticamente. El orden que había gobernado las cosas durante los últimos 70 años, desde la II Guerra Mundial, está siendo desplazado.

El terrorismo y las olas de inmigración están transformado a naciones enteras ante nuestros ojos.

Somos un mundo en guerra, ya sea que nos guste cómo suena eso o no.

El doctor Sebastián Gorka, experto en contra terrorismo, dijo, “A todo nuestro alrededor el mundo está ardiendo. La verdadera guerra es la guerra para coronar el califato. Hay un llamado a golpear blancos blandos, grandes reuniones de civiles desarmados. Todos estamos en la línea de fuego de esta guerra. No es algo que esté ocurriendo en otro lugar. No es necesario que usted vista de uniforme o porte un arma. Debe estar consciente de lo que sucede a su alrededor. No camine por la vida como si estuviera viendo su iPhone y enviando mensajes de texto.”

Esta es una clase de guerra distinta a las que se han peleado antes. Las realidades están a la puerta. El incremento en los ataques terroristas desde 2000 es apabullante. Estos ataques no se han limitado a una nación o a un continente. Van desde África a Europa, a India a los EE.UU.

En efecto, parece que Gorka está en lo correcto. El mundo arde. Y, ¿quiénes son los líderes bien colocados en este momento de la historia para liderar al mundo a través de la crisis actual? ¡Yo creo que somos nosotros! El pueblo de Dios. El pueblo de Dios ha estado siendo formado para Sí mismo para este momento en la historia.

PREPARACIÓN

Pienso en los mensajes que Aglow Internacional ha estado recibiendo a lo largo de los últimos años y me percato de las múltiples maneras en que Dios ha estado preparando y hablando a nuestro ministerio. Hasta el hombre judío de Jerusalén y el paquistaní en Hong Kong, con sus mensajes de que “queda poco tiempo y es hora de preparar a la gente” fueron proféticamente acertados.

Asher Intrater, de Revive Israel, dijo, “No estamos listos para enfrentar a las fuerzas demoníacas ante las cuales tendremos que pararnos”. Estamos en un tiempo de preparación y separación, similar al proceso que atravesó Moisés.

Moisés iba a ser usado para ir delante de un gobernante malvado que adoraba serpientes. Él no tenía ningún interés en Moisés ni en su Dios. Dios llamaba a Su pueblo a salir de debajo de ese liderazgo y usaría a Moisés para declarar la intención de Dios ante ese líder impío, una fuerza y poder impíos. Moisés hizo que se dieran las plagas. Al final, él le habló al mar e hizo que se abrieran las aguas.

Hoy estamos ante otra fuerza maligna. El surgimiento del terrorismo islámico radical nos ha forzado a entrar en un proceso, que no es distinto al proceso que atravesó Moisés, para que podamos ser usados por Dios y así pararnos y hablar lo que es necesario en el momento.

El islamismo es el mayor desafío al que se enfrentan el mundo y la iglesia hoy. Sin embargo, con frecuencia nos vemos involucrados en los mismos pecados en los que está el mundo. Somos llamados a “salir y separarnos”.

Isaías tenía una visión revolucionaria de la santidad de Dios que hizo que él clamara, “¡Ay de mí! ¡Soy hombre muerto!”

“En el año que murió el rey Uzías, yo vi al Señor sentado sobre un trono alto y sublime. El borde de su manto cubría el templo. Dos serafines permanecían por encima de él… Uno de ellos clamaba al otro y le decía: «¡Santo, santo, santo, es el Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!» La voz del que clamaba hizo que el umbral de las puertas se estremeciera, y el templo se llenó de humo. Entonces dije yo: «¡Ay de mí! ¡Soy hombre muerto! ¡Mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos, aun cuando soy un hombre de labios impuros y habito en medio de un pueblo de labios también impuros!»” (Isaías 6:1-5, RVC)

Él vio al Señor de los ejércitos. Él vio la santidad de Dios y le abrió los ojos. Le cambió la perspectiva. Él vio su propia impureza. Dios nos está separando. Él nos está limpiando y trayéndonos hacia Sí mismo de maneras más profundas. Hay un anhelo en nuestro corazón por la santidad y pureza que vienen de Él.

PURIFICACIÓN

Cuando hablo de santidad, no me refiero al legalismo, a actividades religiosas que generan auto justificación o algún tipo de esfuerzo propio. Entendemos que toda la vida cristiana es una vida vivida espontáneamente delante del Señor… porque la vida del Señor está dentro nuestro. A la verdad, “ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”. Confiamos en esa vida.

Por otro lado, me refiero a una consciencia alerta y a un anhelo profundo del corazón que nos acerca a Dios de formas preciosas por el poder de Su Espíritu que trabaja en nosotros Su semejanza de maneras no vistas antes. Hudson Taylor, en la historia de su vida “Spiritual Secret” dijo simplemente,

Recibir a Cristo es el inicio de la Santidad
Atesorar a Cristo es el avance de la Santidad
Considerar a Cristo como nunca ausente es la Santidad completa

Sí, es verdad que cuando recibimos a Cristo lo recibimos todo.
Sin embargo, está la batalla por la santidad. La batalla es para equiparnos, para alistarnos para pararnos firmes en los días venideros. Tal y como Moisés abrió las aguas, así nosotros abriremos los Cielos. Hablamos de milagros, señales y prodigios. Fluirán de nuestra vida fácilmente, al continuar permitiendo que el Espíritu de Dios nos limpie más del mundo. Él está preparándose un pueblo para Sí mismo, un pueblo para Su gloria, un pueblo de santidad y un pueblo que lleve el poder de Su gloria en nuestro ser.

Al clamar Isaías a causa de su propia impureza, un serafín tomó un carbón encendido del altar, “Con este carbón he tocado tus labios, para remover tu culpa y perdonar tu pecado.” (Isaías 6:6-7)

Hay cosas que pueden engancharnos, enganchar nuestra mente, nuestras actitudes, nuestras conversaciones. Pienso que no nos damos cuenta de lo profundamente infectados que estamos del mundo. Nos hemos acostumbrado tanto al mundo que nos rodea que la atmósfera de enfermedad ha afectado cada parte de nuestra naturaleza. Hemos aprendido a vivir vidas impuras y hemos llegado a verlas como la forma natural de vivir.

“Debe tallarse un nuevo canal en el desierto de nuestra mente para permitir que las dulces aguas de la verdad traigan sanidad a nuestra enfermedad.” –A.W. Tozer

Cualquiera que sea nuestro pensamiento en torno a pertenecer a Dios debe ser considerado santo. Mi corazón estalla con el anhelo de entrar a este lugar con Dios. No es un sentimiento de condenación, sino de regocijo. Dios está tallando a través del canal en el desierto de mi corazón para derramar más de Sí mismo en él. ¿Me acompañas?

jane-1st-choice_webJane Hansen Hoyt
Presidenta/Directora Ejecutiva
Aglow International


Aglow España en Facebook:

Aglow España ©2024
linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram